La carrera organizó una serie de actividades para adultos mayores del hogar San Francisco de Castro, aledaño a la casa de estudios.
La pandemia, ha afectado de manera importante las distintas actividades físicas que a diario realizan las personas, es que la reducción de la movilidad debido a las extensas cuarentenas ha limitado todo el quehacer humano. Los hogares de ancianos no son la excepción ante tal situación, y han generado extensos periodos de poca movilidad y de visitas de sociabilización.
Comprendiendo esto, es que la carrera de Terapia Ocupacional en Chiloé durante toda la semana ha realizado jornadas de autocuidados en el Hogar de Ancianos San Francisco. Acercando las actividades lectivas-prácticas de estudiantes como aporte al autocuidado de las y los ancianos del hogar aledaño a la Sede Universitaria.
María Francisca Rauch, directora de la carrera universitaria destacó que “Los y las adultos/as mayores en Chile han sido desvalorados, y muchas veces su acceso a tener una participación social y ocupacional activa a ocupaciones significativas es baja. Desde aquí la vinculación de la carrera de Terapia Ocupacional permite dar una respuesta a esta necesidad para favorecer un proceso de vejez saludable y desde una perspectiva de derechos. Los y las estudiantes valoran positivamente la posibilidad de vincularse con adultos/as mayores, conociendo la repercusión en la participación social que ha tenido la pandemia con ellos y ellas. A su vez les permite desplegar distintas habilidades desarrolladas en las asignaturas, tales como el manejo grupal, puesta en práctica de habilidades blandas, el respeto y la empatía en el trato con otros y otras”.
Actividades lúdicas, físicas y de risas, fueron parte de las enseñanzas que estudiantes de la carrera estuvieron presentando, siempre respetando los cuidados sanitarios y utilizando elementos de comunicación virtual a fin de cuidar la salud de las y los adultos mayores y de esta forma ir fortaleciendo a su vez las redes de vinculación con la comunidad externa.
Publicado por: Carlos Nitrihual